miércoles, 27 de noviembre de 2013

LA ECONOMÍA EN MÉXICO (1940-1980)

LA ECONOMÍA EN MÉXICO
(1940-1980)

La industrialización iniciada con Cárdenas se consolidó definitivamente ya a partir de 1940. La voluntad política interna y las circunstancias externas (Segunda Guerra Mundial) coadyuvaron para poner en marcha un proceso sustitutivo de importaciones, que permitió el surgimiento de una industria manufacturera doméstica y altas tasas de crecimiento. 

De 1940 a 1980 el Producto Interno Bruto (PIB) mexicano creció a un ritmo de 6.4 por ciento anual, que ante un crecimiento poblacional del 3.2 por ciento, permitió un aumento anual del PIB “per cápita” del 3.2 por ciento.

Este crecimiento tuvo lugar en un marco de fuerte intervencionismo estatal, tanto en la producción directa de bienes y servicios como a través de numerosas regulaciones en los mercados, controles de precios, restricciones a la competencia, etc
.[1]  

Al período de 1940 a 1970 se le conoce como crecimiento estabilizador y al de 1970 a 1980 como crecimiento acelerado.

La política de industrialización sustitutiva de importaciones fue común a casi todos los países latinoamericanos. 

La finalidad fue la creación de una industria local robusta como base de un crecimiento económico sostenido, garantizar la soberanía económica y tener menor dependencia de los países industrializados.

Se recurrió al proteccionismo comercial con altos aranceles, restricciones a las importaciones, tasas reales negativas a las industrias domésticas, subsidios e inversión estatal. 

En México la política cambiaria constituyó un factor proteccionista entre 1946 y 1953, pero impulsó la inflación en México.

En 1954 se aplicó un tipo de cambio fijo ($12.50 p/dólar) en un intento por controlar la inflación, más que en utilizarlo como instrumento de la sustitución de importaciones. 

Así, entre 1956 y 1974, se acumuló un déficit en la balanza de cuenta corriente de casi 12,000 millones de dólares, que sólo pudo cubrirse recurriendo al endeudamiento externo y a la inversión extranjera.

En 1930 el 67 % de la población vivía en zonas rurales y en 1970 sólo el 41 %, por lo que la industria podía contar con abundante mano de obra y contra aumentos salariales. Gracias a los braceros no se bajaron los salarios.

En 1950 el 20 % de la población recibía el 6.1 % del ingreso total, mientras el 10 % recibía el 49 % (dentro de este segmento, el 5 % de ingresos superiores obtenía el 40.2 %). Esta distribución del ingreso se mantuvo relativamente constante.

En 1977 el 20 % de la población recibía el 2.1 % del ingreso total, y el 10 % el 44.9 %.

Dado que el Estado ha tenido una participación significativa en la producción de bienes y servicios, se ha denominado a la economía mexicana como economía mixta, llegando a su máxima expresión en el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976).



[1] Cartas, op. cit., pp. 35-36

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