Autor del Himno del Partido Acción Nacional
(Reseña del libro de Guadalupe Chapela, “Mosaico, Gonzalo Chapela y Blanco, Autor del Himno del Partido Acción Nacional”. Su vida, su obra y sus circunstancias, Epessa, México, 1998, 146 pp. Reseña publicada en Palabra, revista doctrinal e ideológica del Partido Acción Nacional, año 20, no. 82, Octubre-Diciembre, México, 2007, p. 93 y ss.)
Por Bernardo López Ríos *
El niño Gonzalo
Nació en Tingambato, Michoacán el 12 de
septiembre de 1910 y pasó su primera infancia en el pueblo de Huiramba, en
donde su mamá tenía una pequeña mercería que surtía personalmente en Morelia y
su papá era comerciante en pequeño y director de la orquesta del pueblo.
Sus padres lo enviaron a Morelia a estudiar
la primaria en casa de un mentor en donde se hospedaban varios alumnos de
diferentes grados enseñados por el mismo maestro.
Después pasó a estudiar la secundaria en la
mejor escuela que se podía encontrar en aquella época en Michoacán: el
Seminario.
Ingresar al Seminario no necesariamente implicaba tener
vocación de sacerdote, sino que era un buen lugar para estudiar el nivel medio
de enseñanza.
En este centro escolar se distinguió como un estudiante
sobresaliente, dando muestras de una clara inteligencia.
En 1922 entró al Colegio Seminario, y obtuvo tres libros
como premio. Desde este primer año
presentó oposición pública en Castellano y en Latín.
Al año siguiente presentó examen público y obtuvo el
primer lugar en el primer curso de latín, siendo su padrino el Señor
Vicerrector del Colegio, el Presbítero Don Juan Buitrón.
En 1925 resultó ganador en varios concursos, sobre todo
en idiomas, haciendo una magnífica traducción del libro VI de La Eneida
de Virgilio.
En 1927 pasó al clerical, pero viendo que su carrera
debía ser de seglar se cambió a la Escuela Libre de Michoacán a estudiar
Derecho y en esta nueva escuela siguió triunfando.
Amigos de la infancia
Aunque sus primeros años los pasó rodeado de
cariño y disfrutando de la vida del campo, desde muy chico vivió en carne
propia la injusticia: en el pueblo en pasó su primera infancia había pugnas
entre los habitantes, por lo cual le tocó sufrir pedradas y que le echaran los
perros a pasar por el barrio contrario.
El recuerdo de estas injusticias sería motor
para sus acciones como abogado, periodista y fundador del Partido Acción
Nacional.
El contacto con la naturaleza propició que sus mejores
amigos de la primera infancia fueran animales.
Tenía un caballo y un perro y cuando se sentía cansado,
se bajaba del caballo y se acostaba a dormir a la sombra del equino, vigilado
por el perro, mientras el caballo se movía siguiendo al sol para que no se le
acabara la sombra a Gonzalito.
Otras amigas que cultivó fueron las viboritas de agua del
Lago de Pátzcuaro, a las que iba a visitar por el lado de Chupícuaro, para
silbarles melodías casi siempre compuestas por él.
El joven Gonzalo
Gonzalo intentó estudiar en la Universidad Michoacana de
San Nicolás de Hidalgo, en épocas turbulentas. Ya desde entonces tenía un valor
poco común para manifestar y defender sus ideas.
Dueño de una convicción religiosa y moral que iba contra
la corriente, fue repelido por la Universidad Michoacana entre bofetadas y
gritos de polémica. Entonces pasó a figurar entre los más distinguidos alumnos
fundadores de la efímera Escuela Libre de Derecho de Morelia.
También figuró en el cuadro de los dirigentes de la Unión
Nacional de Estudiantes Católicos (UNEC), institución de la que surgirían
importantes cuadros en la fundación de Acción Nacional (Cf. Carlos Castillo
Peraza, La primera oficialidad, revista Palabra No. 10).
Durante la persecución religiosa
Doña Rafaelita, la madre e Gonzalo, realizaba frecuentes
viajes a Morelia para surtir su tiendita
(En épocas difíciles, como lo fue el régimen del general
Calles contra la Iglesia católica, hay que tener ingenio y valor para salir
adelante y al mismo tiempo contribuir con la causa en la que se cree).
Esta rutina fue una oportunidad para la señora Chapela,
ya que se las ingeniaba para hacer contacto con algún miembro de la
clandestinidad cristera, que le proporcionaba mensajes, municiones,
instrucciones, para que ella se encargara de llevarlos a los cristeros que se
encontraban en la Sierra de Michoacán, cerca de Huiramba.
Tal vez la parte más difícil del proceso era la de hacer
contacto con los armados, pues había que salir al campo, en donde no era normal
que ella se encontrara.
A Rafaelita se le ocurrió organizar frecuentes “días de
campo” a los que la acompañaban mujeres, ancianos y niños del pueblo y, por
supuesto, siempre que podía Gonzalo.
A esos paseos se llevaban grandes canastas con comida,
cántaros con agua fresca, cobijas para abrigarse al caer la tarde o por si
llovía, y las indispensables guitarras para pasar un rato agradable cantando y
charlando.
Ahí, en medio de la serena belleza del campo michoacano,
rodeados de pinos y de jaras, y acompañados por el canto de los pájaros, se
organizaban juegos en que participaban los jóvenes como
“las escondidas”, “la roña”, “casitas de alquiler” y
otros muchos llenos de alegría e ingenuidad, que daban la oportunidad de
separarse un momento del grupo, para cruzar unas rápidas palabras con el ser
amado... o para dejar algún “bultito” entre los arbustos.
Sin embargo, no siempre era posible realizar estos paseos
y entonces, en ocasiones en compañía de su hijo adolescente y siempre de las
oraciones de los vecinos,
Rafaelita emprendía el camino llevando entre sus enaguas
el esperado mensaje o el escaso parque que podía llevar, peleando a su manera y
con gran audacia, la Guerra Cristera.
Estas vivencias marcarían hondamente el alma auténtica de
Gonzalo.
Un templo
Los padres de Gonzalo, don Honorato Chapela y Blanco y
doña Rafaela Montañez, fueron personas comprometidas con el bienestar de la
gente y en especial de Huiramba, el pueblito de Michoacán en donde vivió la
familia Chapela Montañez.
Durante la niñez y juventud de Gonzalo, se acostumbraban
las “faenas” en las que la gente del pueblo prestaba su cooperación con trabajo
voluntario en la realización de alguna obra, ya fuera para el bienestar de la
comunidad o de algún vecino que la necesitara.
Los señores Chapela Montañés y un grupo de habitantes del
lugar, decidieron construir un templo para el pueblo.
Sin tener dinero ni a quien pedírselo, tuvieron que
recurrir a su imaginación y entusiasmo. Para conseguir los recursos materiales,
organizaban obras de teatro, algunas de ellas compuestas por don Honorato,
otras de autores conocidos, como es el caso de algunas zarzuelas.
La parte musical y la dirección estaba a cargo de
Honorato Chapela, y en el reparto siempre aparecía Rafaelita, quien actuaba,
organizaba, ayudaba a la preparación del vestuario, etc.
La mano de obra era proporcionada por los vecinos de
Huiramba, mismos que fueron construyendo el templo.
En el desarrollo de estos trabajos, los papás de Gonzalo
siempre dieron el ejemplo, ya que a pesar de que a ella le habían diagnosticado
cáncer en el estómago, ambos participaban con entusiasmo en la obra.
En poco tiempo se construyó el templo y a la muerte de
doña Rafaelita se le concedió a sus restos mortales un lugar de honor en un
nicho muy cercano al Altar.
El abogado
En la época en que Gonzalo entró a estudiar Derecho el
país se encontraba en plena Guerra Cristera y la persecución religiosa había
llegado a lo más intenso, por lo que asistir a la escuela era toda una
aventura.
El 12 de mayo de 1921 se organizó una peregrinación que,
saliendo de la Catedral, recorrería la Calzada de Guadalupe.
Siendo gobernador de Michoacán el general Francisco J.
Mújica, se dio la orden de esperar a los peregrinos al final de la Calzada,
parapetándose sobre los arcos del acueducto. Al llegar la marcha, se iniciaron
los disparos sobre la multitud, que suponían estaría desarmada.
Pero los tiempos se habían empezado a hacer difíciles y
entre los peregrinos había gente armada que
en legítima defensa contestó la agresión, resultando muertos y heridos
por ambos bandos.
Como la ELM era católica y se encontraba cerca de ahí, se
culpó falsamente a los estudiantes del hecho y por ese motivo, cada año, para
el aniversario de la balacera y para el día de la Independencia, alumnos de la
Universidad de San Nicolás y los que querían agregarse a la manifestación,
llegaban frente a la ELM a apedrearla, gritar insultos y burlarse de los
estudiantes.
En 1927, después de un breve intento por estudiar en la
Universidad oficial, las circunstancias impulsaron a Chapela a realizar sus
estudios en la ELM, la cual, debido a su orientación cristiana, no era bien
vista por el gobierno estatal, por lo cual sus estudios no contaban con el
reconocimiento oficial y los estudiantes eran hostigados de diversas formas.
Por ello la ELM tuvo una corta vida, viéndose obligada a
cerrar en 1935.
Tal vez estas dificultades que encontraron los
estudiantes de la ELM fueron las que hicieron que los muchachos que ahí
estudiaron fueran figuras sobresalientes en la vida del país, muchos de los
cuales, entre ellos el fundador de la escuela, don Manuel Herrera y Lasso,
serían más tarde fundadores del Partido Acción Nacional.
Aunque Chapela todavía no se titulaba, daba clases en la
ELM y lo tomaban mucho en cuenta, porque en todas las propagandas destacaban su
apellido: “Blanco” (por Chapela y Blanco).
Al concluir sus estudios, Chapela presentó con gran éxito
su examen profesional en la ELM y, puesto que en Michoacán no se reconocían los
estudios de la ELM, Chapela fue a presentar otro examen profesional y a
titularse (al igual que Miguel Estrada Iturbide, Francisco Chávez
González y Salvador Abascal) a la Universidad de Guanajuato, en
donde todos se recibieron por aprobación unánime y con elogios por su
extraordinaria preparación, ya que no podía otorgárseles la mención honorífica
por no haber realizado sus estudios en esta Universidad.
Después de recibirse, Chapela abrió un despacho en
compañía de su condiscípulo Salvador Abascal, desde donde inició su camino como
defensor de los necesitados.
Poco tiempo después, los licenciados se separaron para
fundar cada uno su propio despacho.
Debido a que la cantidad de casos que llevaba no le
rendían lo suficiente para llevar una vida decorosa, y dado que en 1936 recibió
una oferta de trabajo en la Ciudad de México, Chapela cerró su despacho en
Morelia dispuesto a seguir un nuevo camino.
¡Cuál sería su sorpresa al llegar y recibir la noticia de
que los empresarios que lo habían llamado, ya no estaban interesados en sus
servicios!
Esto lo condujo a buscar su camino en Baja California, a
donde fue llamado por el Gobernador en turno y en donde llevó varios casos de
derecho laboral.
Sin embargo, las necesidades del gobierno, no siempre de
acuerdo con las necesidades del pueblo y en ocasiones francamente opuestas, lo
hicieron volver a la Ciudad de México, en donde se abrió paso litigando,
escribiendo y dando clases, siempre ayudando a quien lo necesitaba, abriéndose
paso a paso un lugar en la sociedad.
Sus esfuerzos dieron fruto, y años después, el 25 de
abril de 1945, fue invitado a ser miembro supernumerario de la Academia
Mexicana de Jurisprudencia y Legislación. Al ser admitido en esta
institución, dijo en su discurso:
No sé lo que pase en otros órdenes, pero en
el jurídico siempre sucederá que, cuando las disposiciones positivas encierran
negaciones de las bases humanas del derecho, las leyes y las constituciones
tienden a la inobservancia, al abandono y al desprestigio...
Al terminar el siglo y comenzar el
siguiente, muchas de aquellas leyes no se practicaban...
En la época de tolerancias que se
conoce como “Porfirismo”, la religión... se redujo al culto, y eso en la
intimidad del hogar, a cargo de las mujeres, o dentro de los templos...
Pero la situación de desajuste entre
lo legal y lo jurídico, entre lo positivo y lo natural, entre lo que debe ser y
lo que es, no puede prolongarse indefinidamente.
El “modus vivendi” liberal concluyó
cuando estalló y triunfó el movimiento armado contra el “Porfirismo”...
En otras palabras, y perdóneseme que
manifieste a este respecto la repugnancia que siempre me ha causado la ficción,
en la secular batalla entre la Iglesia y el Estado ha sido de éste la victoria,
por lo menos en lo que se refiere a las posiciones legales...
La libertad religiosa, educativa, de
expresión y de cuanto se relaciona con la Iglesia, siguen estando sujetas a
limitaciones y a prevenciones normales...
... la distancia que exista entre el
Estado y la Iglesia, será metro de distancias entre la vida y la muerte de
nuestra propia Patria.
¿Y dónde está el mexicano que,
sabiéndolo, deje morir a México sin hacer algo por evitar su muerte?
En 1946, la Academia Mexicana de Jurisprudencia y
Legislación publicó un análisis crítico de Chapela sobre La cláusula de
exclusión en el derecho y en la lucha de clases, en el que afirmó:
Cuando el obrero está dentro de un
sindicato que logró a favor suyo la cláusula de exclusión, tiene siempre sobre
su cabeza el peligro de que se le aplique, por cualquiera de las causas
establecidas en los estatutos, o por el capricho del líder...
Al surgir cualquier dificultad en el
seno del sindicato, el peligro de aplicación de la cláusula es una coacción
mucho más fuerte que cualquier otra, porque toca a los intereses vitales del
trabajador y su familia.
Sólo un ofuscado puede dejar de ver en
la cláusula de exclusión una violencia por la que se obliga a los trabajadores
a pertenecer a un sindicato...
Así, podemos llegar a la conclusión de
que... la cláusula de exclusión es legalmente infundada... es uno de tantos
casos mexicanos, en que las leyes son ilegales por incongruencia entre sus
propios términos...
La lucha de clases seguirá siendo una
realidad dolorosamente objetiva, mientras no haya en el mundo una tendencia
profundamente adherida al alma misma de los sistemas, que preste garantías
morales para resolver los conflictos.
Urge... que las reglamentaciones que
se hagan... se funden en una reeducación de obreros y patrones, para que... el
espíritu de humana amistad vuelva a servir de alma a las organizaciones de
trabajo.
El diputado
Uno de los mejores amigos de Chapela fue Antonio Tapia,
hombre alegre, inteligente, culto y generoso, mecenas de algunos de los
compositores y políticos en ciernes de aquella época y uno de los primeros
apoyos del PAN en Michoacán:
¡Llegó al extremo de vender la
céntrica casa en que vivían para emplear los recursos así obtenidos en las
actividades del naciente partido!
Recuerda su hija Carmen Tapia:
¿Y quienes eran
aquellos hombres? Pues Gonzalo, que era yo creo el más fuerte, de los elementos
más fuertes;
estaba mi papá
que era como un aglutinador, el que proporcionaba la infraestructura necesaria;
también entre los pioneros del movimiento político que dio origen al partido,
recuerdo al licenciado Miguel Ramírez Munguía que era una gente con una
presencia imponente pero al mismo tiempo accesible y muy generoso;
a Pepe Córdova,
a Panchito García, al licenciado Estrada, al inolvidable “Pildo” Calderón Vega
y a Manuel Torres Serranía, que era el más loco, el que se lanzaba más... el
primer presidente municipal del PAN, porque simple y sencillamente el hombre
ayudaba a la gente a razonar... (decían que no tenía pelos en la lengua ni en
la cabeza).
Para mí, los
pensadores, los que llevaban la batuta, eran Gonzalo, Estrada y Manuel Torres,
cada uno en su estilo...
En aquel
entonces era “lo que se tenga es para compartirse”, si es poco o mucho, lo que
se tenga se comparte, no era buscar un beneficio económico o personal, porque si
de algo estaban seguros es de que iban a perder, y a perder mucho y tal vez por
mucho tiempo, no solamente la elección sino el dinero, el tiempo y quizá
algo más.
Para poner un
ejemplo, los que tenían dinero lo daban al partido y los que no tenían,
también...
En aquellos días
yo no entendía lo que eran las cuestiones políticas, lo único que entendía era
que había un gobierno impenetrable y ellos eran como la hormiguita que está
atacando al elefante, pero con un ideal luminoso, con una idea:
nos entregamos y
pase lo que pase, sin decir “ataquemos al enemigo”, no con violencia, no
se mencionaba para nada la violencia. Hablaban de atacar al monolito que era el
PRI... para obtener un cambio en las condiciones de los que lo necesitaban.
Ellos
representaban el valor verdadero de salir a ver qué pasa, porque se la
jugaban...
Recuerdo que
comentaban que cuando se iban a los pueblos a veces los caciquillos los
corrían a balazos, que arriesgaban su vida, pero todas aquellas personas
seguían hablando en términos de un ideal, no de una ganancia, no de un
beneficio personal...
y eso es lo que
es el verdadero valor, saber que con lo que contaban era con la verdad, no con
una pistola.
Aquello era
cuestión de fe si no, no se habrían metido, sabían que era difícil sí, pero
posible... ¡y está siendo posible!..
Ellos eran
propositivos, siempre tenían alguna propuesta que hacer, entendían lo que era
solidaridad y actuaban según lo que entendían.
Yo creo que
tenían la fe en que podía el partido llegar a tener el poder, pero el poder
para servir al pueblo, entendido como nación, no para enriquecerse.
Sabían que llegaría el día, pero seguramente no en su tiempo, sino después.
Tenían la
formación de la gente que cree que esta vida no lo es todo, sino que hay otra;
porque ahora te dicen “o friegas o te friegan” y se entiende como democracia el
adaptarte a las tonterías de las mayorías, porque el riesgo es que la gente en
masa se vuelve menos brillante.
Ellos sabían que
había que mover a la gente a pensar, no para manipularla, sino para que
pensara. Hablaban con la verdad, y además eran muy buenos oradores.
La tarea que se
habían fijado parecía una tarea imposible, pero poco a poco iban ganando
adeptos, porque no se dirigían a las masa como masas, sino a sus personas, a su
inteligencia, no les interesaba crecer de golpe...
¡Como sea, ellos
fueron los que abrieron brecha!..
Entre mis
primeros recuerdos están los que incluyen a Gonzalo al piano. En el piano de la
familia, en donde siempre había papel pautado y algo con qué escribir, él
llegaba, cuando quería, a tocar.
Entraba y de
inmediato se quitaba los zapatos y se ponía a tocar lo que había compuesto o
componer algo nuevo. Aquí compuso el Himno de Acción Nacional y muchas
de sus canciones.
La campaña de 1946
Rafael Servín conoció a Chapela en 1946, en la campaña en que
participó por primera vez para la diputación del II distrito de entonces, con
cabecera en Pátzcuaro, Michoacán:
Por esos días
era yo estudiante en la Universidad de San Nicolás de Hidalgo y tenía poco
tiempo de haber ingresado al partido.
Eran días muy
difíciles para los miembros del PAN y también lo fueron para mí: cuando se enteraron
los compañeros de mi afiliación al blanquiazul empezaron a burlarse y a
provocarme, primero verbalmente y después pasando a los hechos...
¡cada vez que me
veían en la Universidad me lanzaban a la fuente que estaba ahí cerca!...
Las autoridades
se hicieron eco de la mala voluntad y me expulsaron, sin otro cargo que el de
ser panista...
Lo acompañe en
esta campaña, sobre todo en la parte de la gira que cubría Puruándiro, mi
pueblo Cuitzeo, Santa Ana Maya.
En ese tiempo
era julio, medio que llovía... la laguna estaba casi seca y entonces la
caminamos, la atravesamos a pie; todos nos quitamos los zapatos y con una
ensarta de zapatos, descalzos, nos fuimos caminando al pueblo de Santa Ana
Maya.
Llegamos todos
cansados y llenos de polvo, algunos con los pies sangrando, pero ¡valió
la pena!
Le hicieron una
recepción muy cariñosa, muy emotiva. Encontró a un viejo compañero que no
terminó su carrera:
“El Güero Álvarez”,
Francisco Álvarez, a Alfredo Orduña y muchos otros simpatizantes, que nos
manifestaron abiertamente su apoyo. Después de esto, con renovadas fuerzas,
seguimos en la campaña...
Esta alma
musical de los michoacanos la tenía también el licenciado (Chapela), como se ve en el
himno del Partido, que él compuso; el himno dice cómo empezó, qué nos movió,
qué buscábamos con nuestra lucha.
Algunos detalles de su las vicisitudes de la campaña
de 1946 las relata el mismo Chapela como candidato a diputado:
... tuvimos que
reunirnos en una corralada, casi en catacumbas, para proclamar a cielo abierto
las mismas tesis y los mismos propósitos de ahora...
Fueron estas
tierras las más desamparadas y por lo mismo, las más propicias para que en
ellas pudiera fraguarse la gran burla cometida contra el voto ciudadano.
Porque... esta
región era nada menos que el cuartel general de quien habría de usurpar la
representación política de un pueblo que nunca mereció tal tratamiento.
El 7 de julio,
cuando nuestras... más numerosas (guarniciones) se encontraban en otra parte,
de Zacapu llegaron... varias carretadas de hombres dispuestos a llevar a otros
municipios la misma osada e inverecunda resolución de burla...
Zacapu y
Pátzcuaro y Quiroga y Tzintzuntzan y Villa Escalante y Erongarícuaro y Acuitzio
y Huaniqueo y Coeneo y Villa Morelos y Huandacareo y Chucándiro y Cuitzeo y
Santa Ana Villa Jiménez pelearon y pelearon bien...
en Aciutzio se
encendieron fervores, que el entonces candidato todavía guarda en su corazón
como uno de los mejores dones de su vida...
la gente más
humilde de ese pueblo que es la ribera del lago de Cuitzeo, sangró sus pies
para acudir a escuchar el mensaje de Acción Nacional...
Donde la
conciencia ciudadana despertaba con coraje de pelea, cada quien hizo su parte
para salvarnos a todos.
¿Qué importaba
la probabilidad de un nuevo fraude?
Después de todo,
el civismo es amor a la patria y amor a los mexicanos, y eso sí se había
logrado en todos los municipios, porque ese 7 de julio de 1946 sabíamos todos
los que votábamos en el distrito, que nuestro esfuerzo era con miles de
mexicanos que, en Sonora o en Yucatán, o en cualquier punto del país, se
estaban batiendo también por nosotros, acaso sin conocernos más que en la
imagen.
El fraude electoral, las trampas y la represión por
parte del PRI-gobierno provocan que el resultado sea valientemente impugnado
por el candidato del PAN:
Señores miembros
del Colegio Electoral... para un ciudadano mexicano, para un hombre que no
tiene en este debate absolutamente ningún interés personal, sino que viene a
defender no solo el voto ciudadano emitido en su favor, sino precisamente las
ansias de liberación de su pueblo...
esto no es más
que la continuación de una pelea constante, de una pelea de toda la vida, que
no terminará con la aprobación de ese dictamen, que me es desfavorable...
Al acta de la
Computadora, efectivamente, no vienen agregadas protestas de nadie.
Claro, y no
venían agregadas sencillamente porque... la Junta Computadora no agregó, como
debía, las protestas hechas por el candidato de Acción Nacional...
Si precisamente
en eso está el vicio, en eso está el fraude: en que los paquetes que se
abrieron en la Computadora no siempre corresponden a la realidad ocurrida el
día de las elecciones en las casillas...
eso es lo que
nosotros demostramos con abundante documentación...
La Comisión
Dictaminadora encontró tan burda la serie de violaciones, que tuvo que anular
tres mil votos que se habían emitido a favor del candidato del PRI...
Se encontró que
en San Agustín del Pulque no se había instalado jamás una casilla y que... se
presentó ante la Computadora un individuo diciéndose presidente de esa casilla
y con un paquete con cientos de votos a favor del candidato del PRI...
Se encontró que
en el municipio de Santa Ana Maya no se repartieron tarjetas y sin embargo, en
la Computadora se presentó un presidente con un paquete... que la Computadora
tomó en cuenta, y la Comisión dictaminadora, considerando que ya era mucho...
rebajó esos
votos de la elevada cuenta del PRI...
Se ha tratado de
insistir en el viejo vicio de que haya dos castas sobre México: una, la casta
de los gobernantes, que no permite la menor filtración del pueblo; y otra, el
pueblo, que en vano está luchando por sacudirse a esa primera casta.
La primera campaña federal ocurrió en 1943. Esta era
la segunda campaña en la que Acción Nacional había propuesto candidatos y en
ella se le reconocieron cuatro triunfos.
En sus Memorias del PAN Luis Calderón Vega se refiere a dichas
campañas en estos términos:
¡Qué heroicos
aquellos que, los primeros en el desafío, nos acompañaron en aquella
inolvidable aventura, jugándose la hacienda y la vida! A ellos se debe el
despertar político del pueblo mexicano.
La campaña de 1949
A pesar de los avatares de la campaña de 1946, los
miembros de Acción Nacional en Michoacán le insistieron Chapela para que
aceptara ser candidato para la contienda de 1949,
quien les respondió diciendo que los grandes
esfuerzos realizados en la campaña anterior lo habían dejado en condiciones
difíciles, por lo que aun cuando consideraba a la propuesta como un honor, no
se encontraba en condiciones de aceptarla.
Sin embargo, el mismo Manuel Gómez Morín le
transcribió una carta del Comité de Zacapu:
... creemos que
es por todos conceptos conveniente, inducir al señor licenciado Chapela y B. a que acepte su
postulación como diputado por ese distrito (2º de Michoacán), teniendo en
cuenta desde luego, su brillante actuación durante la campaña anterior y que
indiscutiblemente es él la única persona con méritos y prestigio suficientes
para mover a la opinión pública...
tuve la
satisfacción de conocer personalmente al señor licenciado Chapela y escuchar de
sus labios las graves razones de índole no sólo personal sino de conveniencia
para el Partido, que él expuso para abstenerse esta vez de figurar como
candidato.
Sin embargo, y
sin dejar en modo alguno de pesar tales razones, nuestro deseo es que acepte su
postulación... de tal manera que... rogamos a usted interponer su valiosa
influencia, a efecto de que nuestro deseo categóricamente expresado, pueda ser
posible.
Ante insistencias de este calibre y sabiendo lo que
la candidatura iba a representar para él y para su familia de cinco hijas,
Chapela aceptó la propuesta:
Pues bien,
volvemos a la pelea. Sabemos que... habrá témpanos de hielo en absurda
cooperación con el fuego del pistolero. ¿Y qué?
Ni al pistolero
ni al congelado abstencionista, ni al crítico que se ría, ni al calumniador
hemos de rendir cuentas de nuestros actos... sólo hay un Juez que
reconocemos...
Su juicio sí nos
importa, y lo tendremos de parte nuestra cada vez que, cumplida la tarea,
podamos acariciar el rostro de nuestros hijos sin sentirnos culpables de no
haber luchado por ellos;
cada vez que
miremos nuestros paisajes, sabiendo que hemos hecho algo por merecerlos; cada
vez que, en el fondo de nuestras conciencias, podamos sentir que hemos dado un
poco de vida a esta Patria.
En aquella época el PAN no contaba con financiamiento
público, por lo que la ayuda que podía proporcionar el partido, como lo muestra
una carta del 20 de junio escrita por Gómez Morín:
Manuel Ulloa le
envió hoy una pequeña ayuda adicional. Quisiéramos hacerla mayor, pero es
difícil aumentarla en las condiciones de penuria en que estamos trabajando.
Al mismo tiempo, las necesidades y el apoyo discreto
e incondicional pueden apreciarse en la carta dirigida a “Chap” por Antonio
Tapia:
Rafael Servín me
recomienda que te pida las credenciales que haya que entregar acá... que le
mandes también unas mil o mil quinientas tiras de propaganda con el nombre de
los candidatos.
Por plática que
tuve con él, deduzco que el Sr. García Padilla anda recortado de dinero para la
gira que andan haciendo; si hubiera modo de remediar un poco eso, lo haces; si
no, me avisas para ver la manera de entrar yo al quite.
Las condiciones de desarrollo del proceso electoral
fueron descritas por Gómez Morín en la mencionada misiva del 20de junio:
Todavía aquí no
logramos que nos entreguen íntegra la copia del padrón. Los fraudes que vamos
advirtiendo en algunos distritos, son del 25 % de los empadronados y en otros,
exceden del 40%
Será
prácticamente imposible, con este retraso en la entrega, hacer una
rectificación del padrón que comprende cerca de medio millón de nombres en el
Distrito Federal...
Aquí la
ubicación de las casillas y el nombramiento del personal, ha quedado totalmente
en manos del PRI por la parcialidad o con la cobardía de los Comités
Distritales y con la impericia y el sabotaje o la falsedad de los demás
organismos electorales.
Un detalle más de esta campaña nos ilustra sobre la
magnitud de estas tareas:
Todos están de
acuerdo... en las indicaciones generales que propongo, como, por ejemplo, en la
necesidad de que se hagan varias reuniones de representantes en los distintos
centros, para el mejor adiestramiento sobre la ley y sobre el funcionamiento de
las casillas...
Los señores de
Zacapu, al darse cuenta de las dimensiones de la tarea, manifiestan con
franqueza que no pueden comprometerse a atender todo el distrito, sino
únicamente la parte que constituye el primero de los núcleos enumerados.
O sea, que nuestro
comité podrá atender cuatro de los quince municipios que deben ser trabajados.
Los once restantes deberán ser atendidos por mí...
Esto, en vez de
causarme pena, me hace ratificar el concepto que me he formado de la gente de
Zacapu, pues ha sido una prueba de su seriedad, que no los deja caer en vanas
euforias...
El triunfo
Una vez pasada la elección, el 20 de julio de 1949 le
escribe su gran amigo Antonio Tapia:
Querido Chap: Ha
corrido un fuerte rumor por estos rumbos, de que “tu caso” será de los que se
resuelvan favorablemente en el Colegio Electoral. Con este motivo me han
asediado con preguntas... Me he permitido contestarles que hablé contigo y que
tu opinión es que no hay ninguna seguridad... que el resultado favorable sólo
podría venir por más abundancia de pruebas o, con la ayuda de Dios, por más
habilidad en exponerlas y explotarlas.
Llegó el día 27 de agosto, fecha en que tenía que
hacerse la defensa del 2º distrito de Michoacán y el ambiente que se vivía fue
descrito por el periódico El Universal:
Este es uno de
los casos más curiosos que se hayan registrado. Hasta los actuales diputados
del PRI están con el candidato del PAN.
Los periodistas
han podido constatar en los últimos días esta solidaridad con un candidato,
cuya ideología es tan contraria a la suya...
Inclusive las
empleadas de la Cámara son chapelistas...
Es aprobada por
mayoría la candidatura del licenciado Chapela, sobre quien recaen todas las
miradas y las cámaras de los fotógrafos son enfocadas en su persona, quien se
encuentra entre los reporteros de todos los diarios, ya que él es uno de los
cronistas de la Cámara, por nuestro colega “Novedades”.
Chapela,
emocionado, recibe abrazos y felicitaciones.
Así pues, como diputado propietario quedó Gonzalo
Chapela y como suplente Manuel García Padilla.
Después del triunfo continuó la celebración con los
michoacanos, de acuerdo con la revista del PAN, La Nación, en su número 413 del 12 de septiembre de
1949:
Con la
presencia, que se tornaba simbólica del diputado que sale y del diputado que
entra, Acción Nacional en Michoacán confirmó su permanencia. Miguel Ramírez
Munguía y Gonzalo Chapela y B., uno rindiendo cuentas claras del trabajo
desempeñado, y otro ofreciendo con sencillez cumplir el deber impuesto por los
electores, dieron la nota emotiva...
Tras una
referencia de Ruiz Villaloz “al amigo excelente, al compañero de juveniles
aventuras periodísticas, el poeta, al idealista siempre fiel a sí mismo y a la
generación fraternal”, el Diputado Chapela, continuamente interrumpido por los
aplausos, cerró el memorable acto afirmando su fe en el pueblo de México.
“Todo
esfuerzo por México”, fue el lema acuñado por Chapela.
Como dato interesante diremos que el total de su
sueldo de diputado ($33.33 diarios) lo destinaba a apoyar la solución de los
problemas de su distrito.
En la Cámara de Diputados
En la campaña de 1949, tercera de su historia, el PAN
logró el reconocimiento del triunfo de cuatro distritos, por lo que una vez más
hubo en la Cámara cuatro valientes defensores:
Juan José Hinojosa, por el III distrito de Nuevo
León; Jaime Robles Martín del Campo, por el III distrito de Jalisco, y Eduardo
Facha Gutiérrez, por el X distrito del Distrito Federal, además de Chapela, por
el II distrito de Michoacán.
Recuerda Rafael Servín:
En muchas cosas
lo apoyaba yo en su labor de la Cámara; los fines de semana en que acostumbraba
hacer giras por su distrito siempre me invitaba y yo lo acompañaba a ver a la
gente, porque nunca perdió el contacto con la gente que lo eligió.
El trabajo que
hacíamos era más que debatir en la Cámara, atender directamente los problemas
de los electores, como ayudarles a abrir un camino, construir una escuela,
llevarles maestros, arreglar problemas de tenencia de la tierra...
y muchos otros
que veíamos directamente con ellos.
También se
trabajaba mucho para presentar buenas iniciativas...
¡que iban a la
congeladora!,
pero muchas de esas iniciativas se plasmaron como ideas, y
pasando el tiempo el mismo gobierno las
desenterró, las desempolvó y luego ya fueron ideas del Ejecutivo, como por
ejemplo el problema de la salinidad del río Bravo;
la cláusula de
exclusión en los contratos colectivos, que era un arma en manos de los líderes
de los sindicatos, los caporales les digo yo, porque a un trabajador, un obrero
que pensaba y que no se iba como la mesnada por donde le decían y que levantaba
la voz, rápido y fácil el sindicato le aplicaba la cláusula de exclusión y
¡afuera!, el patrón tenía que rescindirle su contrato porque el sindicato ya le
había aplicado la cláusula.
El periodista
Chapela empezó a escribir muy joven, publicando
cuentos, poesías y algunos artículos de fondo en revistas escolares, como ¡Ideal! en Pátzcuaro y
la revista estudiantil muy prestigiada en su época, Ciencia
y Letras, de Morelia.
Sin embargo, la forma como realmente inició su
carrera periodística es muy interesante:
En cierta ocasión, una compañía que tenía su sede en
la Ciudad de México, lo llamó para que fuera a trabajar con ellos, pero cuando
Chapela ya se había trasladado a la Capital, le informaron que siempre no se le
iba a contratar. Como era un hombre de fe, se
fue a visitar a la Santísima Virgen de Guadalupe, para pedirle que le indicara
el camino a seguir.
Al poco tiempo de salir de la Basílica de Nuestra
Señora, le avisaron que el gobernador de Baja California lo requería; Chapela
vio en esto la señal que esperaba y emprendió un viaje que por poco le cuesta
la vida, pero que le dio la oportunidad de iniciar formalmente su carrera de
periodista.
Después de un tiempo de trabajar en el norteño
estado, decidió volver a la Ciudad de México.
La muerte de un grupo de empleados de la Secretaría
de Comunicaciones, en condiciones semejantes a las vividas por Chapela, lo
motivó a escribir el artículo Infierno de los desiertos
sonorenses,
en el que narraba su
propia experiencia, mismo que fue presentado en Revista de
Revistas y publicado el 15 de
julio de 1937, con lo que inició formalmente su carrera como periodista.
He aquí un extracto de su dramática vivencia:
La muerte
heroica de los expedicionarios de la Secretaría de Comunicaciones, en el
desierto de Sonora, ha tenido la virtud de traer a mi memoria los momentos
angustiosos que yo mismo sufrí precisamente hace un año...
Descendimos de
la diligencia y llamamos a los que venían detrás. Junto a una piedra, echado de
bruces sobre la arena blanca, como un sudario y ardiente como un infierno,
yacía un hombre desnudo con las carnes enrojecidas.
Cerca de él,
otro hombre seguía flameando como un autómata el pañuelo enorme; ya uno había
muerto y el otro estaba inconsciente sosteniendo el pañuelo por un milagro de
contracciones nerviosas.
Más allá, fuera
de las rodadas, una figura grotesca ensayaba pasos de baile clásico, juntando
sus desnudeces a lo escueto del paisaje. “Hello my public!”, nos gritó al
mirarnos, “You see? I’m Isadora”.
El pobre había
enloquecido, como aquel otro que acompañando su trabajo con grandes carcajadas,
arañaba la carne para perforar un pozo artesiano y como el de más allá que
abrazado a un Sahuaro, trataba de sacar a furiosos mordiscos el agua de entre
las espinas.
Cuando bajé de
la diligencia, me di cuenta de mi estado: las piernas no me resistieron.
Tres días sin
tomar otro alimento que la galleta con salmón y agua caliente con gasolina,
habían hecho su efecto. Sobre la arena me sumé a los caídos y sentí
perfectamente la impresión de que pronto me sumaría a los muertos…
¡Agua! Grité con
desesperación, en el mismo tono en que gritaban todos los demás moribundos.
De pronto el
chofer, con más corazón que muchos otros de la caravana, me acercó a los labios
un botecito con café. Aquello me devolvió un poco de energía y la vista empezó
a ser más clara…
Cuarenta
kilómetros más allá encontramos al resto: habían salido en una diligencia de
San Luis, Sonora, junto al Río Colorado.
Eran trece, y
nosotros sólo pudimos encontrar once, los otros dos deben haberse perdido entre
los arenales, engañados tal vez por un espejismo traidor, y desorientados por
el paisaje cambiante de los médanos.
De los demás,
unos murieron, otros se volvieron locos y sólo dos, el chofer y un muchacho,
enjuto de carnes y de ojos hundidos, estaban relativamente bien.
Ellos nos
contaron su tragedia: al salir de San Luis habían llenado sus tanques con
suficiente agua, pero los pasajeros no consintieron en que se le revolviera la
gasolina reglamentaria.
Esta rara mezcla
–más nauseabunda que rara- es algo necesario en el desierto, con el sabor que
tiene y lo caliente de los tambores, no es posible tomarla a pasto y se
conserva más. Pero ellos no lo creyeron, y hacía nueve horas que se les había
agotado.
Cuando
encontramos a los retrasados, ya habían desarmado el radiador del autobús para
beberse el agua, y en el tanque había desaparecido la gasolina... ¡no quedaba
ni aceite!
Hasta entonces
comprendí mi error y mi imprudencia, al aceptar el malhadado consejo que me
dieron en Guadalajara.
La policía de
Mexicali, que me recogió, puede dar testimonio de la situación en que me
encontraba, cuando por fin dejé el desierto a mi espalda.
Como un
complemento, un detalle sentimental: estábamos en Sonoita, una viejecilla se
enteró del destino que llevaba y llamándome a solas me dijo:
“Tus años tendría mi hijo, cuando se lo tragó
el desierto ¿No te reirás de mí si te doy la bendición?”
Y sin saber por
qué, fue este el primer momento en que sentí el escalofrío del drama ¡yo que
hasta entonces me había divertido con la comedia de tanto formalismo y de tanta
leyenda incomprensible!
Hoy el desierto
devuelve cadáveres de héroes. Son los restos de otros que buscaron también la
gloria por el camino del infierno.
La mayor parte de su actividad como periodista la
desarrolló Chapela en el periódico Novedades. En sus páginas, con veracidad y gustado
estilo literario, informó sobre los más variados asuntos políticos, económicos,
culturales y sociales.
Su infatigable pluma sirvió también para expresar la
voz oficial del periódico, en los miles de editoriales que redactó. Su columna Marginales llenó toda
una época en el diario en el que trabajó desde 1941 hasta 1968.
En el número 19 de la revista Rumbo, recordaba Armando Ávila Sotomayor:
Sin duda, fue la
actividad periodística la que absorbió los excepcionales talentos de Gonzalo,
pensador vigoroso y maduro.
El torrente de
sus ideas alimentó durante 26 años el sesudo editorial y las columnas que
mantuvo permanentemente en el diarismo mexicano, y en las que, desde lo más
íntimo de su ser, fluía ufana su inteligencia, aunque siempre quiso
presentarlas con letras minúsculas y disertaciones de pequeño acento, bajo los
modestos cabezales de “Peccata Minuta” y “Marginales”.
¿Se trataba de
una lucha encomiable contra el propio orgullo? ¿Era un esfuerzo por desnudarse
de las banalidades del hombre, consciente de su valer y su talento?..
Testigos de
buena parte de su vida, aprendimos de él no sólo periodismo, sino enseñanzas
vitales...
Por ejemplo,
aprendimos de Chapela que la libertad de la conciencia y la independencia del
ciudadano son sagradas.
También el
rechazo a las medias tintas, que sostenía con firmeza, al asentar que la
inteligencia está hecha para la Verdad, y no han de satisfacernos las
transigencias con el error.
Músico y poeta
Una fina descripción de estas facetas de Chapela nos
la ofrece Armando Ávila Sotomayor:
El venerable
perfume de su Provincia antañosa y musical, dio a Gonzalo, además de su
carácter meditativo, un romanticismo vital que se desbordó, con extraordinaria
inspiración, en su valiosa obra como compositor musical.
Muchas decenas
de melodías de muy delicado acento, surgen en la peña de amigos michoacanos, según
la ciencia y el sentimiento provinciano y popular.
Casi todas estas
bellísimas canciones esperan ser dadas a conocer. Un ejemplo de esta finísima
veta musical de Gonzalo, es su melodía “Yunuén”, dedicada a la pequeña isla del
Lago de Pátzcuaro.
También las que
se titulan “Noche” y “Romance de Media Noche”, que hacen vibrar con la bohemia
emoción, inspirada y melancólica del autor.
Chapela también
hizo poesía. Obtuvo galardones en diversos Juegos Florales y escribió el libro
de poemas “La Novia de Piedra”, en elogio de la ciudad de Morelia.
El maestro Alejandro Avilés en una ocasión le
dijo a Chapela ¡Dedíquese a la música!, a lo que Chapela contestó: ¡Es que tengo muchas cosas que hacer!:
Gonzalo era
muchas cosas: era miembro de la Academia Nacional de Jurisprudencia, era
periodista, que escribía todos los días una columna en “Novedades”, era
político militante y dirigente del PAN, y daba clases...
hay personas que
me han dicho que era un buen maestro, un muy buen maestro.
Era también muy
buen jurista y hasta historiador. Escribió la historia del Padre Pro, S.J.,
al que asesinaron cuando la guerra de los Cristeros, en el tiempo de Calles.
En este trabajo
fue donde me informé yo a fondo de quien era el Padre... aun cuando sólo se
publicó un folleto, porque el libro no llegó a publicarse.
Bueno, él era
muy capaz para todo, todo lo que hacía lo hacía bien., Pero si en algo
sobresalía, desde mi punto de vista, era en la composición musical. En aquella
época le dije yo:
“Si usted se
dedica más a la música, eso es lo que le va a dar a usted la mayor
permanencia”, y sigo creyendo que ante todo era un gran compositor porque, a
pesar de que estaba tan disperso en tantas cosas, las canciones que él compuso
eran muy bellas, eran bellísimas.
Sobre la fundación de Acción Nacional
Rememora Esperanza Calderón Vega:
El licenciado
era muy amigo de mi hermano Luis Calderón Vega. Se conocían desde la escuela...
Fue también en
la escuela en donde a mi hermano le pusieron “Pildo”, porque otro de mis
hermanos era estudiante de Medicina y le decían “Pildorón”, entonces Luis era
sólo “Pildo”...
En aquellas
reuniones y en las que había en la casa de Antonio Tapia no sólo se componían
canciones y versos, también se hablaba de cómo estaba la situación en México y
de que era necesario hacer algo por mejorarla...
En ese grupo
todos eran más que hermanos, ¡se querían tanto!, ¡tenían tanto en común! Era
tanto así, que los hijos de todos les decían a los otros “tío”...
Ellos tenían la
idea de hacer algo por México, porque estaba la cosa terrible. Gonzalo y mi
hermano siempre andaban en esas bolas, había muchos grupos en esa época, no
partidos, pues, pero gente, grupos que querían cambiar la situación.
Luis, mi
hermano, escribía en una revista de estudiantes sobre la guerra de los cristeros,
que acababa de pasar, sobre los problemas del país. Gonzalo escribía en el
Distrito Federal.
Los dos siempre
dando puntos de vista valientes, motivando a la gente para que pensara, para
que hiciera algo.
Entonces fue
cuando entre todos fundaron Acción Nacional. Sabían que entrar en una bola de
éstas era peligroso, sobre todo en ese tiempo, ¿no?, pero de todos modos le
entraron.
Dicen que el
mismo don Manuel, que ya había estado en muchas cosas, en el banco, en la
Universidad, no se decidía porque se preocupaba por las consecuencias que
pudiera tener una acción como ésa, principalmente por su mamá, pero ella le dio
confianza y lo animó...
Cuentan que al
principio eran un grupito que se reunía en un café, ahí en el Centro, cerca de
la oficina de Gómez Morín, para entre todos ir poniendo lo que cada uno podía:
el que sabía
escribir, escribía; se trajeron de Morelia a mi hermano Luis, Gonzalo estaba en
México; el que tenía dinero, lo daba, entre ellos don Manuel, Antonio Tapia,
Manuel Torres Serranía, ¡muchos!; el que sabía hablar, hablaba; don Miguel
Estrada, Efraín González Luna; el que sabía componer, componía...
ahí es donde
Gonzalo tuvo un papel importante: como eran poquitos y todos se conocían,
sabían que él era bueno componiendo, no sólo canciones románticas, sino de
todas, ya había escrito algunos himnos que le quedaron muy bien.
Entonces, le
pidieron que hiciera el del partido que estaba naciendo. Para él ha de haber
sido fácil, porque andaba con el alma a flor de piel, con todo lo que había pasado,
con todos los ideales de su juventud en plenitud...
y escribió el
Himno, diciendo, cantando, gritando lo que todos ellos pensaban, lo que creían
que debería de ser y lo que querían lograr:
“Una Patria para
todos y un baluarte del Ideal”
HIMNO DEL PAN
|
Letra y música: Gonzalo
Chapela y Blanco
Levantada convicción
de justicia y de verdad varonil resolución, nuestra lucha inspirarán.
Los tiranos temblarán
al oír nuestro pregón:
¡Una Patria generosa
y una vida con honor!
¡LIBERTAD!
¡EXIGID!
¡LA NACIÓN!
¡PROCLAMAD!
¡Que el oprobio cese ya!
¡LIBERTAD!
¡CONQUISTAD!
¡CON ACCIÓN!
¡NACIONAL!
|
¡Es la hora de
luchar!
Nuestro México ha de ser
con justicia y libertad
una Patria para todos
y un baluarte del ideal
Nuestro México ha de ser
con justicia y libertad
una Patria para todos
y un baluarte del ideal
(Reseña del libro de Guadalupe Chapela, “Mosaico,
Gonzalo Chapela y Blanco, Autor del Himno del Partido Acción Nacional”. Su vida, su obra y sus circunstancias,
Epessa, México, 1998, 146 pp. Reseña publicada en Palabra, revista doctrinal e ideológica del Partido Acción
Nacional, año 20, no. 82, Octubre-Diciembre, México, 2007, p. 93 y ss.).
Buenas tardes Bernardo. Esto que publicas aqui, es el libro que escribí... ¿Que pasó?
ResponderEliminarBuenas tardes Guadalupe: Muchas gracias por la observación. Ya publiqué la referencia correspondiente junto con la fuente (al principio y al final de esta página del Blog). Saludos cordiales
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