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El Papa Juan XXIII convoca a la realización del Concilio Ecuménico Vaticano II (1962-1965). Para su preparación, se organiza el Secretariado para la Unidad de los Cristianos.
Representantes de las Iglesias cristianas no
católicas pudieron asistir al Concilio en calidad de observadores. Su apertura
fue comentada por los medios de comunicación en todo el mundo.
El objetivo del
Concilio es acercar al mundo moderno la tradición cristiana y la renovación de
la Iglesia. Acudieron más de 2,540 Obispos de los cinco Continentes de la
Tierra.
Ante la opinión pública mundial, los documentos más importantes fueron
los que trataron sobre la libertad religiosa y sobre las religiones no
cristianas, especialmente por el capítulo dedicado al judaísmo.
Desde sus comienzos, el Concilio Vaticano II se sintió comprometido en la obra de fomentar la paz mundial. La Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Actual, Gaudium et Spes(Gozo y Esperanza),[1]
representa una absoluta novedad en la historia de los concilios ecuménicos, pues por primera vez un documento conciliar se dirige no sólo a los hijos de la Iglesia y a cuantos invocan el nombre de Cristo, sino a todos los hombres (G et S n 2).
Esta Constitución Pastoral intenta, lo mismo que otros
documentos conciliares, encontrar una base de valores comunes que todos los
hombres puedan reconocer.
A este objeto expone la índole y peculiaridad de la
dignidad humana, y deriva de ella los razonables derechos y deberes para todos los
hombres en el ámbito de la vida política, económica, social y cultural.[2]
Léase "La economía mundial al servicio del hombre:
El Padre Lebret, O.P. y el desarrollo de los pueblos":
http://www.bernardolopezrios.blogspot.mx/2013/07/el-padre-lebret-y-el-desarrollo-de-los.html
El Presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy y su esposa Jacqueline visitan nuestro país, ganándose el afecto de los mexicanos.
Con la administración de Antonio Ortiz Mena, Secretario de Hacienda, se logra una notable estabilidad económica. El salario mínimo en el D.F. es de $17.50 y en el campo de $ 17.00.
Se liquida la deuda contraída con las empresas
petroleras extranjeras, expropiadas en 1938.
Se establecen los Diputados
de Partido, para que la oposición tenga mayor representación en la Cámara.
Se crea la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO).
Se
reforma el Artículo 123 Constitucional con el establecimiento de la
participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas,
entrando en vigor la ley en 1964.[3]
Con López Mateos se reafirmó la intención monopolista del Gobierno en materia de educación, intentando marginar a los Padres de Familia de las decisiones importantes, lo que culminó con la imposición del libro de texto, único, obligatorio y “gratuito”.
En febrero se realiza en Monterrey una gran manifestación organizada por la Unión Nacional de Padres de Familia, pugnando por la anulación de los libros de texto gratuitos y por la reforma al artículo 3º.
Además, se publicaron
desplegados de protesta en todo el país.
En San Luis Potosí, el Doctor Salvador Nava lanzó su candidatura independiente, como lo había hecho antes para alcalde de la capital potosina; su honesta gestión como Presidente Municipal presagiaba la derrota de José María López Dávila, del PRI.
Con el evidente triunfo de Nava y el fraude
priísta, el pueblo potosino no se arredró ante las criminales acciones de la
policía y del ejército (con el General Zuno Hernández al frente) contra el
propio pueblo y la Unión Cívica Potosina.
En septiembre se perpetró en la
Capital una cruel matanza de ciudadanos; se destituyó al Ayuntamiento
legítimo presidido por Nava, y se destruyeron las instalaciones de
publicaciones democráticas. Nava fue detenido y formalmente preso,
acusado falsamente de acopio de armas y de homicidio.
Las agresiones de las
autoridades continuaban y el pueblo enfrentaba valientemente a la imposición.
Por primera vez en México es postulada una mujer como candidata a una Gubernatura:
La maestra Rosario Alcalá de Aguascalientes, quien dijo
actuaría de acuerdo con la Doctrina Social Cristiana; el día de las
elecciones se expulsó con insultos y golpes a los representantes del PAN de
ambos sexos, hubo gente que votó sin credencial y que utilizó varias
boletas; brigadas del INJUVE secuestraron ánforas electorales.
En las
elecciones de Michoacán el candidato del PRI amenazó, golpeó y encarceló
a propagandistas y representantes del PAN, e intimidó a la gente para provocar
abstencionismo.
En Ciudad Juárez y en Ciudad Jiménez, Chihuahua, las
valientes mujeres representantes del PAN en las casillas, enfrentaron
insultos y agresiones de los presidentes de casilla y de la tropa
vestida de civil colaboradora del fraude; el PAN decidió no asistir a las
ilegítimas juntas computadoras.
En Baja California, en las elecciones
para Congreso Local y Ayuntamientos, un dispositivo especial del ejército
intentó obstaculizar la votación. Ante la gran participación de la gente,
los grupos de soldados robaron directamente las urnas.
La diputación del PAN decide no asistir a la glosa del IV Informe Presidencial. Se elige a Adolfo Christlieb como nuevo jefe nacional del Partido.
Se reforman los Estatutos y se consolida la Doctrina del PAN a la luz
de los nuevos acontecimientos mundiales y de los nuevos requerimientos
nacionales.
Se declaró abierta la total colaboración del PAN con todos los
auténticos partidos democráticos de América Latina.
La Nación publicó un artículo de Christlieb en el que critica a los empresarios inconformes con las directrices de la Encíclica Mater et Magistra, la cual influyó en el sacudimiento de la opinión pública que reaccionó ante la reforma al artículo 123 en lo relativo a la participación de los beneficios; estos empresarios deben entender que las relaciones sociales y económicas no están excluidas del orden moral.
Empleados, obreros y
capitalistas integrados en la empresa deben actuar como comunidad y hacer que
desaparezca la lucha de clases, decía Christlieb.
[1] Cf. Constitución
Pastoral Gaudium et Spes. Sobre la Iglesia en el Mundo de Hoy, en Once
Grandes Mensajes, op. cit., pp. 367-489
[2] Hertling, Ludwig.
Historia de la Iglesia, op. cit., p. 523
[3] Cf. López Ríos,
Bernardo. Las fuentes social cristianas del Artículo 123 constitucional,
en Palabra, Revista doctrinal e ideológica del
Partido Acción Nacional., Año 12, No. 47, enero/marzo, México 1999, pp. 123-141
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